Dieta y autismo: ¿Qué dice la ciencia?


A lo largo de los años, se han investigado distintas dietas como posibles complementos para mejorar algunos síntomas asociados al TEA. 

1. Dieta libre de gluten y caseína (GFCF)
• Descripción: Consiste en eliminar el gluten (presente en trigo, cebada y centeno) y la caseína (proteína de la leche) de la dieta.
• Hipótesis: Se cree que algunas personas con TEA tienen dificultades para digerir estas proteínas, lo que podría generar péptidos que afectan la función cerebral.
• Evidencia científica:
• Algunos estudios pequeños han mostrado mejoras leves en el comportamiento o la comunicación, pero los ensayos clínicos a gran escala no han encontrado evidencia sólida para recomendar esta dieta como tratamiento estándar.
• Conclusión: No existe suficiente respaldo científico para recomendar la dieta GCFF de forma generalizada, pero puede probarse bajo supervisión médica si hay sospecha de intolerancia o sensibilidad alimentaria.

2. Suplementación con ácidos grasos omega-3
• Descripción: Los ácidos grasos omega-3 (presentes en pescados grasos, semillas de chía, lino y nueces) son esenciales para la función cerebral.
• Evidencia científica:
• Algunos estudios sugieren que la suplementación con omega-3 podría mejorar la atención y reducir la hiperactividad en algunos niños con TEA.
• Sin embargo, los resultados no son concluyentes y se requieren más estudios para confirmar su eficacia.
• Conclusión: La suplementación con omega-3 puede ser beneficiosa, pero no es un tratamiento específico para el TEA.

3. Dieta antiinflamatoria y microbiota intestinal
• Descripción: Incluye alimentos ricos en fibra, probióticos y prebióticos para mejorar la salud intestinal.
• Hipótesis: Existe una posible conexión entre el eje intestino-cerebro, y algunos estudios han encontrado alteraciones en la microbiota de niños con TEA.
• Evidencia científica:
• La investigación preliminar sugiere que mejorar la microbiota intestinal podría tener efectos positivos en la ansiedad, el estado de ánimo y el comportamiento.
• Conclusión: Aunque prometedora, la dieta antiinflamatoria requiere más investigación antes de ser recomendada como terapia complementaria para el TEA.



Recomendaciones nutricionales basadas en evidencia

La alimentación en niños con TEA debe centrarse en cubrir sus necesidades nutricionales y mejorar su bienestar general. Algunas recomendaciones respaldadas por la evidencia incluyen:
1. Priorizar una dieta equilibrada y variada:
• Incluir frutas, verduras, proteínas magras, cereales integrales y grasas saludables.
• Evitar el exceso de azúcares refinados y alimentos ultraprocesados, ya que pueden agravar problemas de conducta.
2. Controlar deficiencias nutricionales:
• Es importante evaluar periódicamente los niveles de hierro, vitamina D, zinc y otros micronutrientes, especialmente si el niño tiene una dieta muy selectiva.
• En casos de deficiencias, un profesional de la salud puede recomendar suplementos.
3. Atender la salud intestinal:
• Incluir alimentos ricos en fibra (frutas, verduras, legumbres) y probióticos naturales (yogur, kéfir) para promover una microbiota saludable.
4. Supervisión profesional para dietas específicas:
• Si se desea probar una dieta libre de gluten y caseína o algún otro enfoque específico, es esencial hacerlo bajo la supervisión de un pediatra o nutriólogo para evitar carencias nutricionales.

Aunque no existe una “dieta específica para el autismo”, una alimentación equilibrada y adaptada a las necesidades individuales del niño puede mejorar su calidad de vida. La evidencia sobre dietas específicas como la FBCF o la suplementación con omega-3 sigue siendo limitada y variable, por lo que no deben considerarse como tratamientos primarios.

Lo más importante es garantizar que los niños con TEA reciban una nutrición adecuada, fomentar la variedad alimentaria y atender posibles problemas gastrointestinales o deficiencias con la guía de profesionales de la salud.

 Alimentos con gluten; 
El gluten es una proteína presente en ciertos cereales. 

Se encuentra en: 
• Trigo: sartén, pasta, galletas, harinas, tortitas de trigo.
• Cebada: cerveza, malta, productos con sabor a malta.
• Centeno: pan de centeno, cereales integrales mixtos.
• Avena: aunque la avena no contiene gluten de forma natural, suele estar contaminada con gluten durante su procesamiento, a menos que sea certificada como libre de gluten.
• Alimentos procesados ​​con gluten:
• Paneles, tortillas de harina. 
• Pastas, pizzas y empanizados.
• Sopas o cremas instantáneas (muchas contienen espesantes con gluten). 
• Aderezos, salsas y condimentos (algunos contienen harina como espesante). 
• Embutidos y carnes procesadas (pueden contener gluten como aditivo). 

Alimentos con caseína; 
La caseína es una proteína presente en la leche y sus derivados. 
Se encuentra en:
• Lácteos:
• Leche (de vaca, cabra u oveja).
• Quesos (todos, incluidos frescos, curados y procesados).
• Yogur (regular y griego).
• Mantequilla.
• Crema y nata.
• Alimentos procesados ​​con caseína:
• Helados, postres lácteos.
• Salsas cremosas (como la bechamel o Alfredo).
• Productos horneados que contienen leche o mantequilla.
• Algunos embutidos y carnes procesadas (pueden tener caseína como aditivo).
• Barras energéticas o proteicas (si contienen proteína de leche).

Cuidado con los alimentos procesados ​​
Tanto el gluten como la caseína pueden estar ocultos en alimentos procesados ​​bajo nombres menos evidentes, como:
• Gluten: proteína vegetal, almidón modificado, extracto de malta.
• Caseína: proteína de leche, caseinato de sodio o calcio, lactoalbúmina.

Si consideras una dieta libre de gluten y caseína, es esencial leer atentamente las etiquetas y buscar productos certificados como GFCF (Gluten-Free Casein-Free).

Para obtener más información y un régimen alimenticio personalizado y eficaz, consulte a su especialista.

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